jueves, 11 de febrero de 2016

Controversias de la obsolescencia programada.

Teóricamente el mercado, mediante la libre competencia, deberá producir los bienes de la más alta calidad para el consumidor al menor costo posible en el largo plazo. Sin embargo, existe una contradicción intrínseca en este concepto, puesto que el mercado requiere que el productor, con el fin de mantenerse competitivo, disminuya sus costos en todos las fases del proceso de producción (costo-eficiencia). Esto usualmente se traduce en el pago de salarios mínimos, tercerización pero también en el uso de materiales de menor calidad, pobre diseño. A esto se le puede denominar obsolescencia intrínseca.

El segundo problema es que ningún producto puede permitirse una vida útil mayor a la necesaria para mantener el ciclo de consumo. Debido a ello se planifica la ‘caducidad’, falla o daño de un producto después de un periodo específico, esto es obsolescencia planificada o programada propiamente dicha.
Cuando se quieren imponer sanciones mediante legislación a la obsolescencia planificada, la estrategia adoptada por las empresas es enmascararla dentro de lo que hemos denominado obsolescencia intrínseca, suprimiendo o ignorando nuevas tecnologías que podrían suponer un producto más duradero, sostenible o amigable con el ambiente.
La obsolescencia programada consiste en hacer descarta ble lo que por su esencia no lo es. Se trata de una estafa de ciertos sectores deshonestos de la industria (específicamente de la tecnología digital) que hacen deliberadamente perecederos a los productos que podrían ser duraderos, con el objetivo de que el usuario los descarte y compre otros nuevos que también durarán un tiempo limitado, y así se pase la vida; comprando, usando y descartando.

Los productos digitales son los objetos en los que la obsolescencia programada se evidencia con mayor magnitud. Casi todos los componentes digitales de computadoras, en lugar de ser duraderos y reparables, son descarta bles Sin embargo, la raíz del problema sigue estando en la industria misma: los reparadores encuentran dificultades como unidades selladas imposibles de desarmar y rearmar, unidades fabricadas siguiendo un proceso automatizado que, al reproducirlo manualmente con fines de reparación, generan un costo de mano de obra mayor que el costo del producto nuevo, o bien, directamente la imposibilidad de conseguir repuestos, ya sea porque nunca han salido a la venta como tales o porque dejaron de fabricarse según el calendario de obsolescencia programada que siguió la unidad.
CONCLUSIÓN.
Consumo de sociedad, las estrategias de publicidad y la obsolescencia programada mantienen los consumidores atrapados, vivimos en una sociedad que se basa en la producción de bienes desechables y la publicidad es el instrumento central en la sociedad de consumo ya que es una gran motivación para nuestras elecciones, nos hace desear lo que no tenemos y despreciar aquello que ya tenemos. La obsolescencia programada es un método creado para ayudar en la economía de los países, aunque las personas se ven obligadas a gastar mas , la sociedad del consumo y la obsolescencia programada están ligadas ya que obligan a las personas a seguir comprando constantemente, ya sea porque los productos dejan de funcionar o por la abundante publicidad que emiten las empresas. 


Obsolescencia Programada y Producción,

La etapa inicial de la obsolescencia programada se desarrolló entre 1920 y 1930, cuando la producción en masa empieza a forjar un nuevo modelo de mercado en el cual el análisis detallado de cada sector deviene en el factor fundamental para lograr buen éxito.
La elección de fabricar productos que se vuelvan obsoletos de manera premeditada puede influir enormemente en la decisión de ciertas empresas acerca de su arquitectura interna de producción.
Así, la compañía ha de ponderar si utilizar componentes tecnológicos más baratos satisface o no la proyección de vida útil con la que estén interesados en dotar a sus productos. Estas decisiones forman parte de una disciplina conocida como ingeniería del valor.


CONSECUENCIAS.

El potencial de la obsolescencia programada es considerable y cuantifica ble. Es altamente beneficioso para el fabricante, dado que en algún momento fallará el producto y obligará al consumidor a que adquiera otro más satisfactorio, ya sea del mismo productor —mediante adquisición de una pieza para arreglar el viejo producto o por compra de un modelo más nuevo—, o de un competidor, factor decisivo también previsto en el proceso de obsolescencia programada.
Para la industria, esta actitud estimula positiva mente la demanda al alentar a los consumidores a comprar nuevos productos de un modo artificialmente acelerado si desean seguir utilizándolos.
La obsolescencia programada se utiliza en gran diversidad de productos. Existe riesgo de reacción adversa de los consumidores al descubrir que el fabricante invirtió en diseño para que su producto se volviese obsoleto más rápidamente a fin de que los clientes recurran a la competencia y basen su elección en la durabilidad y buena calidad del producto.


OBSOLESCENCIA POR MODA.

Existe obsolescencia de otro tipo: la que vuelve obsoleto a un bien de consumo porque ha dejado de estar de moda. Por ejemplo los colores, las formas y los materiales de la ropa, que denotan la temporada de su adquisición. Esta modalidad de obsolescencia se puede aplicar a cualquier bien.








Obsolescenia Programada.


Es la determinación o programación del fin de la vida útil de un producto, de modo que, tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto, este se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Se cree que el origen se remonta a 1932, cuando Bernard London proponía terminar con la Gran Depresión lucrándose a costa de la sociedad a través de la obsolescencia planificada y obligada por ley (aunque nunca se llevase a cabo). Sin embargo, el término fue popularizado por primera vez en 1954 por el diseñador industrial estadounidense Brooks Stevens. Stevens tenía previsto dar una charla en una conferencia de publicidad en Minneapolis en 1954. Sin pensarlo mucho, utilizó el término como título para su charla.

La obsolescencia programada es una estrategia comercial que consiste en la planificación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de tal forma que tras un periodo de tiempo (calculado por el fabricante o por la empresa) se quede obsoleto o inservible.En definitiva, es una especie de artimaña mediante la cual hacen que un objeto tenga que sustituirse en cierto periodo determinado. Puede que suene un poco a paranoia, o a conspiración, pero no os miento si os digo que todos los sufrimos día a día.
Una variante de la obsolescencia programada es la obsolescencia percibida.Esta se produce cuando la maquinaria publicitaria saca todas sus armas para crear en el consumidor la necesidad de poseer el último modelo lanzado. La obsolescencia programada puede esconderse bajo un eslogan como” hacer la vida más fácil”, “adaptarse a los tiempos que corren”, etc. Aunque podamos seguir utilizando el “menos nuevo”, hacen que nos encaprichemos con otro más grande y bonito pero de similares funcionalidades.




VENTAJAS Y DESVENTAJAS.
Las estimaciones de obsolescencia programada pueden influir en las decisiones de una empresa sobre la ingeniería de producto. Por lo tanto, la empresa puede utilizar los componentes menos costosos que satisfagan las proyecciones de todo el ciclo de vida del producto.
Además, para las industrias, la obsolescencia programada estimula la demanda mediante el incentivo a los compradores para trabajar bajo presión y así comprar en un periodo anterior si todavía quieren un producto que funcione. Estos productos se pueden comprar al mismo fabricante (una pieza de recambio o un modelo nuevo), o a un competidor que también dependa de la obsolescencia programada. Especialmente en los países desarrollados (donde muchas industrias ya se enfrentan a un mercado saturado), esta técnica es a menudo necesaria para que los productores mantengan su nivel de ingresos.

También existe la posible reacción de los consumidores que se enteran de que el fabricante ha invertido dinero para hacer el producto obsoleto más rápido; estos consumidores podrían recurrir a un productor (si es que existe) que ofrece una alternativa más duradera. Mientras la obsolescencia programada es atractiva para los productores, también puede hacer un daño significativo a la sociedad en forma de externalidades negativas. Continuamente sustituyendo, en lugar de reparar los productos, estos crean más residuos y contaminación, explotan más recursos naturales y se traducen en un mayor gasto en el consumo.

DESECHOS Y CONTAMINACIÓN.

El objetivo de la obsolescencia programada es el lucro económico. Por ello otros objetivos como la conservación del medio ambiente pasan a un segundo plano de prioridades.
La falta de una gestión adecuada de los productos manufacturados que se vuelven obsoletos constituye un foco de contaminación. Es una consecuencia del sistema de producción y económico contemporáneo, que promueve el consumo creciente. Por ello, la sostenibilidad de este modelo a largo plazo es discutida.
Además, países en vías de desarrollo están siendo usados como vertedero de todos estos productos inservibles; lo que está generando una considerable contaminación y destrucción del paisaje en dichos países.


Mapas Mentales.







Linea del tiempo de los lenguajes de programación